Tar

Había una vez, hace mucho tiempo, una ciudad maravillosa llamadaTar.
En esa época todas las ciudades estaban intactas,
no se veían ruinas,
porque la guerra final... aún
no había estallado.
Cuando sucedió la grán catástrofe
desaparecieron todas las ciudades.
Menos Tar.
Tar existe aún, si sabés buscarla la encontrarás.
Y cuando llegués a Tar, la gente te traerá vino
y soda, y podrás jugar con una caja de música
que tiene manivela.
Cuando llegués a Tar,
ayudarás en la vendimia y recogerás
al escorpión que se oculta bajo la piedra blanca.
Cuando llegues a Tar,
conocerás la eternidad
y verás al pájaro que cada cien años bebe una gota de agua del océano.
Cuando llegues a Tar,
comprenderás la vida,
serás gato y fenix,
cisne y elefante,
niño y anciano,
y estarás solo y acompañado,
amarás y serás amado,
y estarás aquí y allá,
y poseerás el sello de los sellos.
Y a medida que caigas hacia el porvenir,
sentirás que el éxtasis te posee... para ya no dejarte
más.
(Fando y Lis, 1968)
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